Cuando en 2015 unos 195 países firmaron el Acuerdo Climático de París con el compromiso de poner freno al calentamiento global, se fijó un límite máximo: no pasar de 1, 5º por encima de la temperatura media que existía en el planeta antes de entrar al período industrial. La marca fijada no era caprichosa. Diversas proyecciones indicaban que superado ese límite los efectos catastróficos serían irreversibles, como el derretimiento masivo de los glaciares de Groenlandia o la desaparición de la selva amazónica debido a la desertificación. Si bien entonces parecía un horizonte a largo plazo, el temido umbral se pasará este año por primera vez.
Apenas concluir el segundo noviembre más cálido en los registros climáticos, “ya no hay duda de que 2024 será el año más cálido en el historial” y la temperatura promedio superará “en más de 1,5°C el nivel preindustrial”, anunció ayer el observatorio europeo Copernicus.
Caracterizado por una sucesión de varios tifones devastadores en Asia y la continuación de las sequías históricas en África austral o en Amazonia, noviembre último fue 1,62°C más caliente que un noviembre normal en la época en que la humanidad no utilizaba petróleo, gas o carbón a escalas industriales.
Noviembre pasado es el 16º de los 17 últimos meses que registra una anomalía de 1,5°C con relación al periodo 1850-1900, según la base de datos de Copernicus.
Este umbral simbólico corresponde al límite más ambicioso del acuerdo de París de 2015, que busca contener el calentamiento por debajo de 2°C y continuar los esfuerzos para limitarlo a 1,5°C.
Este acuerdo se refiere a tendencias a largo plazo: el promedio del calentamiento de 1,5°C deberá ser observado a lo largo de al menos 20 años para considerar el límite superado.
Teniendo en cuenta ese criterio, el clima se ha calentado actualmente en 1,3°C. El observatorio europeo calcula que el umbral de 1,5°C se considererá probablemente alcanzado entre 2030 y 2035. Y cualquiera sea la evolución de las emisiones de gas con efecto invernadero de la humanidad, estará cerca del límite pero sin registrar aun una tendencia a la baja.
U$S 310 MILLONES EN DAÑOS
Según los últimos cálculos de la ONU, el mundo no va por el buen camino de la reducción de su contaminación de carbono para evitar un fuerte agravamiento de las sequías, canículas o lluvias torrenciales ya observadas, que provocan muchas muertes e impactos económicos.
Las políticas actuales de los países llevan al mundo hacia un calentamiento “catastrófico” de 3,1°C durante el siglo, o de 2,6°C si las promesas de hacer algo mejor se cumplen, según la ONU Medio ambiente.
Los países tienen hasta febrero para someter a las Naciones Unidas la revisión de sus objetivos climáticos de aquí a 2035, denominados “contribuciones determinadas a nivel nacional” (NDC).
Pero los acuerdos mínimos de la COP29 de fines de noviembre pueden ser invocados para justificar bajas ambiciones.
Los países en desarrollo obtuvieron 300.000 millones de dólares de promesa de ayuda anual de los países ricos de aquí a 2035, o sea menos de la mitad de su demanda para financiar su transición energética y su adaptación a los daños climáticos.
La cumbre de Bakú concluyó sin compromiso explícito para acelerar la “transición” hacia la salida de las energías fósiles, aprobada en la COP28 de Dubai.
En 2024, las catástrofes naturales, alimentadas por el calentamiento, causaron pérdidas económicas de 310.000 millones de dólares en el mundo, consideró el jueves Swiss Re, el grupo suizo que se desempeña como asegurador de aseguradoras.
En 2023, el fenómeno natural El Niño se combinó con el calentamiento climático de origen humano para llevar las temperaturas mundiales a un nivel récord. ¿Como explicar el nuevo punto máximo en 2024?
El año que sigue a El Niño “es con frecuencia más caliente que el primero” y después de un punto máximo de diciembre-enero “el valor se distribuye a lo largo del año”, responde el climatólogo Robert Vautard. Pero en 2024, “es cierto que el enfriamiento es muy lento y las causas deberán ser analizadas”, agrega.
“Por ahora permanecemos en los márgenes esperados” de las proyecciones, pero si “las temperaturas no bajan con más claridad en 2025, habrá que hacerse preguntas”, dice Vautard.
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